domingo, 17 de enero de 2010

¿QUÉ HACER PARA EL DOLOR Y LA INFECCIÓN DENTAL?




Es una acumulación de material infectado (pus) resultante de una infección bacteriana del centro de un diente.



Un absceso dental es una complicación de la caries dental y también puede resultar de un trauma al diente, como cuando un diente se rompe o recibe un golpe.
Las aberturas en el esmalte dental permiten que las bacterias infecten el centro del diente (la pulpa).



La infección puede propagarse desde la raíz del diente hasta los huesos que lo sostienen.
La infección ocasiona una acumulación de pus (tejido muerto, bacterias vivas y muertas, glóbulos blancos) e inflamación de los tejidos internos del diente.
Esto causa fuertes dolores de muelas.
Si la raíz del diente muere, el dolor de muelas se puede detener, a menos que se desarrolle un absceso.
Esto es especialmente válido si la infección sigue estando activa y continúa diseminándose y destruyendo tejido.



Síntomas



· Dolor de muelas
o intenso, continuo
o terrible o pulsátil
o agudo o punzante
· Dolor al masticar
· Sensibilidad del diente hacia el calor o el frío
· Sabor amargo en la boca
· Mal aliento
· Posible fiebre
· Ganglios inflamados en el cuello
· Malestar, inquietud, sensación general de enfermedad
· Área mandibular superior o inferior inflamada (un síntoma muy grave)



Signos y exámenes



El paciente siente dolor cuando el odontólogo golpea ligeramente el diente.
El dolor se incrementa al cerrar la boca o al morder con fuerza. Las encías pueden estar inflamadas y enrojecidas, y pueden drenar un material espeso.



Tratamiento



El objetivo del tratamiento es eliminar la infección, preservar el diente y prevenir las posibles complicaciones.
Se pueden recetar antibióticos para combatir la infección.
Los enjuagues bucales con agua tibia y sal pueden ser calmantes, mientras que los analgésicos de venta libre pueden aliviar el dolor de muelas y la fiebre.
No se debe colocar aspirina directamente sobre el diente o encías, ya que esto aumenta la irritación de los tejidos y puede provocar úlceras bucales.
El tratamiento de conductos se puede recomendar en un intento por salvar el diente.
En este procedimiento, se remueve el centro del diente, incluyendo el nervio y el tejido vascular (pulpa), junto con las partes del mismo que están cariadas.
La raíz y la superficie del diente permanecen en su sitio.
La cavidad que se crea en el centro se obtura y se repara, y se puede colocar una corona sobre el diente.

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