domingo, 17 de enero de 2010

LOS RESPIARDORES BUCALES Y SUS IMPLICACIONES



El niño respirador bucal constituye una entidad clínica que posee varias aristas, que produce alteraciones fisiológicas que pueden afectar progresivamente su desarrollo físico y psíquico.
Su detección y corrección depende de la oportuna intervención de un equipo multidisciplinario, que incluye al pediatra del niño, al otorrinolaringólogo infantil, fonoaudiólogo, odontólogo, etc.
La respiración bucal, propicia un terreno para que exista un aumento de las secreciones en las vías aéreas superiores y que a su vez favorecerá la alteración de la funcionalidad de los oídos, de los senos paranasales y con frecuencia desencadene crisis obstructivas bronquiales a repetición.
Todo niño que respire por la boca ocasionalmente, intermitente o perenne es un respirador bucal, ya sea por causas obstructivas, por hábitos y por anatomía.

Síntomas más frecuentes del respirador bucal
Tos seca
Tos nocturna
Incapacidad respiratoria
Apneas obstructivas del sueño
Trastornos en el desarrollo del macizo facial (paladar estrecho y hundido, mandíbula elongada)
Deglución atípica
Dientes mal implantados
Sinusitis
Otitis
Trastornos de la audición
Falta de atención
Retraso escolar
Alteraciones posturales

Es necesario destacar que en el respirador bucal, el choque de dos fuerzas musculares opuestas (la lengua y el cinturón labial, o sea, labios, mejillas y lengua) causa desequilibrio entre los músculos de cierre y apertura de los labios, que hacen que la boca normal en reposo quede cerrada sin ninguna presión, solamente por tonicidad.
Cualquier cambio producido en la actividad muscular o en su tonicidad, se reflejará por síntomas clínicos como son: interposición lingual, respiración bucal, incompetencia labial (labios permanentemente abiertos) y sigmatismo.
Estos son los síntomas más característicos del desequilibrio muscular.
También puede haber trastornos digestivos y perturbaciones de la nutrición, puesto que al respirar por la boca, el paciente tritura deficientemente sus alimentos y deglute antes de tiempo.
En caso de respiradores bucales de larga duración, se ha observado apatía y dificultades de comprensión con retraso escolar.
Se hace obligado sugerir que cuanto más temprano sea su detección y corregida la causa por el médico otorrinolaringólogo, la reeducación se verá facilitada.
Cuanto más tarde se realice su diagnóstico, más síntomas del síndrome de respiración bucal tendrá.
A medida que se produce el crecimiento en el esqueleto en el respirador bucal hay una atrofia del maxilar superior con deformidades y asimetría de la bóveda palatina, trastornos de calcificación, implantación y oclusión dentaria.
Es necesario mencionar que el equilibrio muscular es uno de los elementos que ayudan al establecimiento del balance dentario
Otro dato importante es considerar que al ocurrir habitualmente en niños de 1 a 5 años de edad, etapa donde se adquiere el lenguaje y etapa base para el aprendizaje escolar que está por venir la respiración bucal, puede afectar el desarrollo cognitivo infantil.
Los niños respiradores bucales pueden presentar alteraciones posturales como hombros caídos, tórax hundido y menor respuesta a actividades físicas comunes.
Las anomalías dentomaxilofaciales más frecuentes en los niños examinados con respiración bucal fueron los labios incompetentes, el micrognatismo transversal, perfil convexo y el resalte aumentado.
Intervención del Odontólogo
La persona con este síndrome tiene una autohigiene deficiente ya que la saliva al tener la boca abierta se seca, lo cual impide una buena autoclisis.
Esto acompañado de una mala higiene por parte del individuo puede causar fácilmente caries.
Ortodoncista: modifica la estructura bucal para una correcta respiración, a través de aparatos ortopédicos fijos o móviles. Trata los problemas de: compresión de maxila, rotación posterior de la mandíbula, mordida abierta y cruzada.
Tratamiento en niños: rol interceptivo; trata de que el problema se revierta durante el desarrollo.
Expansión de maxila: se puede utilizar una placa de expansión, trampa palatina, ejercicios elásticos adosados a pantalla oral para estimular los orbiculares de los labios y el elevador del labio superior y placa vestibular de acrílico.
En adultos: rol correctivo; se usan frenillos fijos y en algunos casos cirugía.

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